Andrés Quintana Roo y el miedo a los mayas
En 1841 Andrés Quintana Roo, enviado por el presidente Antonio López de Santa Anna, encabezó las negociaciones para lograr la reincorporación de Yucatán a México que se había separado desde 1840. Entre otras estrategias, el yucateco alimentó la idea del peligro a la movilización maya, un miedo común entre las élites de la época. Quintana Roo veía en el ofrecimiento yucateco a los indígenas de abolir las contribuciones el peligro de que comenzara una guerra de “castas”. Desde 1839 los mayas de los partidos de Valladolid y Tizimín habían sido armados y movilizados por el Caudillo oriental Santiago Imán.
El pronunciamiento de los mayas y mestizos de Becanchén en 1841, durante las conversaciones entre los comisionados, confirmó a Quintana Roo sus temores acerca de que la movilización popular amenazaba con destruir la sociedad yucateca. Una sociedad basada en la exacción a los indígenas a través de las obvenciones, los servicios personales y la deuda. Quintana Roo señalaba que de las pláticas entre los comisionados dependía la salvaguarda de terratenientes, hacendados y miembros del clero, amenazados por la movilización popular.
Quintana Roo se vio involucrado posteriormente en conflictos por el agua. El pueblo de Almoloya, en el Valle de Mexico, denunció que el yucateco quería cercar el agua que formaba parte de la propiedad comunal del pueblo para su hacienda de Ocotepec.