El motín de Timucuy de 1870
La década de 1870 en Yucatán estuvo llena de motines y alzamientos provocados por una ley que pretendía convertir en baldíos los ejidos de los pueblos. Uno de los protagonistas de esta historia fue el pueblo maya de Timucuy.
Timucuy se encuentra actualmente en la zona centro de Yucatán. Es un pueblo que existe desde la época precolonial. A lo largo del siglo XIX sus tierras del común fueron paulatinamente enajenadas y en torno al pueblo se consolidaron haciendas ganaderas como Subinkancab, Sihonal y Oxtapacab.
El 24 de mayo de 1870 la Federación Mexicana emitió una orden que convertía en baldíos tres cuartas partes de lo que hasta ese momento correspondía a los ejidos de los pueblos. Tras el triunfo de los liberales una de sus principales políticas fue la de enajenar las propiedades de las corporaciones para reducirlas a propiedades privadas, política que se traducía en una desposesión paulatina de las tierras del común de los pueblos.
En Yucatán la conversión de ejidos a baldíos beneficiaba a los hacendados quienes solían denunciar esos terrenos, que alguna vez fueron del común, para incorporarlo a sus propiedades mermando la autonomía de los milperos y reduciendo sus posibilidades de subsistencia.
En 1870 los mayas de Timucuy se trasladaron hasta el palacio de gobierno en Mérida para solicitar al gobernador un amparo que protegiera a sus ejidos de los denunciantes de baldíos. Sin embargo, el gobernador se declaró incompetente para otorgar el amparo requerido. El temor era bastante real porque la ley fue aprovechada rápidamente por el dueño de la hacienda Santa María, ubicada al sur de Timucuy, para incorporar los nuevos terrenos baldíos a su hacienda. El deslinde no tardó en realizarse y con ello el amojonamiento de la nueva propiedad.
Después de que sus reclamos por la vía jurídica fueran desatendidos los mayas de Timucuy pasaron a la acción directa. Dirigidos por Santiago Chan comenzaron por destruir las mojoneras que plasmaba en el espacio la desposesión de sus montes ejidales. Posteriormente cerraron los accesos que conducían a la hacienda y construyeron trincheras. El mayordomo de Santa María acudió hasta las trincheras para intentar hablar con los milperos de Timucuy pero fue recibido con cinco balazos de escopeta. En una escena que se repetiría una y otra vez el mayordomo convocó a los peones de la hacienda para hacer frente a los milperos de Timucuy.
Ante la escalada de los enfrentamientos y la decisión de los milperos de Timucuy de defender sus ejidos, el gobernador Manuel Cirerol solicitó al gobierno federal derogar el decreto. La situación en Yucatán podía agravarse porque también habían otros pueblos dispuestos a defender a toda costa sus ejidos. Por ello el gobierno federal accedió a la petición de Cirerol y el 11 de agosto de 1870 derogó la orden dada unos meses atrás.
REFERENCIAS
- Macías Zapata, Gabriel Aarón. “Cortar la orilla de la tierra: La desamortización y los pueblos de mayas pacificados de campeche y pacíficos de Yucatán durante la guerra de castas.” Universidad Nacional Autónoma de México, 2013. http://ru.atheneadigital.filos.unam.mx/jspui/handle/FFYL_UNAM/5016_TD61.
- Ortiz Yam, Inés. “De milperos a henequeneros: los procesos agrarios en el noreste de Yucatán, 1870-1937.” Tesis de doctorado, El Colegio de México, 2011.